Incluso para quienes consideramos que la interrupción voluntaria del embarazo debe estar despenalizada en muchos supuestos, la Ley Aído se antoja monstruosa, descaradamente redactada desde el resentimiento (¿por qué?) que acumulan por arrobas los denominados «colectivos feministas», un lobby asaz facineroso que reparte anatemas y endosa sambenitos con la saña de un Papa medieval. Unas tías, en suma y aunque esté mal decirlo, en general bastante feas.
Para unas congregaciones de fieles católicos, como son presuntamente las hermandades sevillanas, la oposición a esta norma debiera figurar en la cúspide de sus prioridades. Pero no. Ni media docena del centenar de cofradías que pasean estatuas por la ciudad (sin contar la provincia) estuvieron el domingo representadas por sus hermanos mayores en la manifestación de la Plaza Nueva; que congregó en total a 1.500 personas, o sea, menos que penitentes tiene el Gran Poder.
Es vergonzoso, sin matiz posible. Y es deseable que en Palacio se pregunten hacia dónde va una Iglesia cuyas más conspicuas representantes se desentienden de la defensa de la vida, un punto sustancial de su doctrina. Si el domingo se hubieran sorteado entre los asistentes dos entradas para el pregón, tienen que llamar a los antidisturbios para contener a la masa. Pero el capillita, quedó bien claro, prefiere los ripios de cualquier poetastro a la palabra de Cristo.
Columna aparecida en La Razón el martes 9 de marzo de 2010 firmada por Lucas Haurie
http://www.larazon.es/noticia/9643-domingo-de-verg-enza
Para unas congregaciones de fieles católicos, como son presuntamente las hermandades sevillanas, la oposición a esta norma debiera figurar en la cúspide de sus prioridades. Pero no. Ni media docena del centenar de cofradías que pasean estatuas por la ciudad (sin contar la provincia) estuvieron el domingo representadas por sus hermanos mayores en la manifestación de la Plaza Nueva; que congregó en total a 1.500 personas, o sea, menos que penitentes tiene el Gran Poder.
Es vergonzoso, sin matiz posible. Y es deseable que en Palacio se pregunten hacia dónde va una Iglesia cuyas más conspicuas representantes se desentienden de la defensa de la vida, un punto sustancial de su doctrina. Si el domingo se hubieran sorteado entre los asistentes dos entradas para el pregón, tienen que llamar a los antidisturbios para contener a la masa. Pero el capillita, quedó bien claro, prefiere los ripios de cualquier poetastro a la palabra de Cristo.
Columna aparecida en La Razón el martes 9 de marzo de 2010 firmada por Lucas Haurie
http://www.larazon.es/noticia/9643-domingo-de-verg-enza
La Razón de la Vergüenza. Francisco Santiago
Como era de esperar, la culpa del fracaso de asistencia a la manifestación pro derecho a la vida celebrada el pasado 7 de marzo en Sevilla, es culpa de las hermandades… Se me ocurren muchas frases hechas para contestar a este Lucas que escribió ayer martes en la Razón lo que han leido en los párrafos superiores, pero las voy a obviar por cortesía hacia ustedes.
Cuando interesa (para hacer bulto) las hermandades son un grupo importantísimo para la Iglesia, pero cuando no interesa, resulta que son grupos de amiguetes que pasean estatuas o dan culto a un trozo de madera (esto tiene copyright de un canónico hispalense).
Yo, que estoy acostumbrado a vivir en primera persona los aconteceres del día a día de la Hermandad, no voy a hacer una reflexión ni un apoyo a nadie, pero sí que hay cosas que claman al cielo.
De las 1500 personas que hubo en la manifestación (cien arriba, cien abajo) digamos que unos 500 podrían estar relacionados con la convocatoria que ejercieron las hermandades. Y esto no lo digo por decir, sino con conocimiento de causa porque estuve allí con ellos.
De hecho gran parte de los cofrades allí reunidos, confluían en el perímetro circundante a la concentración (hermandades de todos tipos de carácter, es decir penitenciales, sacramentales y de glorias), mientras que miembros del Consejo, y de las hermandades más implicadas (por autodeterminación) se encontraban en la zona central.
¿Pero quién ha dicho que el tema del aborto sea un problema o un tema a tratar por las hermandades? El lunes leí titulares en prensa donde incluso se decía que las Hermandades habían convocado esta manifestación, cosa totalmente alejada de la realidad.
Los cofrades (que son los que componen las hermandades y cofradías), a su vez son de derecha o izquierda (políticamente), del Betis o del Sevilla (deportivamente), hombres y mujeres (sexualmente hablando) y de multitud de profesiones (laboralmente hablando), con lo que intento indicarles que somos un colectivo más dentro de esta urbe (et orbi).
Los católicos no podemos diferenciarnos o actuar por llamamientos concretos. Somos católicos porque así lo hemos decidido o porque llevan siglos siéndolo nuestra familia. El hecho de ser católico implica una serie de responsabilidades religiosas que cada uno debe de tener más que claras, pero siempre a nivel de persona, no de grupo o colectivo.
¿La iglesia tiene que convocarles a ustedes los domingos para ir a misa? ¿Alguien les ha obligado a ser o a no ser de una Hermandad? Entonces… ¿la poca asistencia de público a una concentración que fue convocada por las asociaciones pro-vida con el apoyo de las hermandades es culpa sólo de los cofrades?
Yo creo que el mayor error ha sido precisamente este, el hacer que una hermandad o hermandades sean el vínculo para apoyar este tipo de actos. Como católicos que supuestamente somos los integrantes de las mismas, deberíamos haber asistido todos, pero no por ser de una hermandad, sino por convicción propia. De hecho los kikos, catecuménicos, grupos laicos, la Iglesia en sí, ¿no estaban a favor de esta concentración? ¿Dónde estaban ese día? ¿y nuestros sacerdotes, diáconos, canónicos, etc…?
Señores de La Razón, el fallo es de todos nosotros, incluidos ustedes, defensores de la España Grande y Libre, pero descompuesta en los nuevos Reinos de Taifas que hoy en día llamamos Iglesia Católica y, sobre todo, de la hipocresía que se vierte desde diarios como este.
Postdata: El llamar "estatuas" a nuestros Titulares, viniendo de este medio, es simplemente mantenernos más unidos y convencidos. No ofende el que quiere, sino el que puede.
Como era de esperar, la culpa del fracaso de asistencia a la manifestación pro derecho a la vida celebrada el pasado 7 de marzo en Sevilla, es culpa de las hermandades… Se me ocurren muchas frases hechas para contestar a este Lucas que escribió ayer martes en la Razón lo que han leido en los párrafos superiores, pero las voy a obviar por cortesía hacia ustedes.
Cuando interesa (para hacer bulto) las hermandades son un grupo importantísimo para la Iglesia, pero cuando no interesa, resulta que son grupos de amiguetes que pasean estatuas o dan culto a un trozo de madera (esto tiene copyright de un canónico hispalense).
Yo, que estoy acostumbrado a vivir en primera persona los aconteceres del día a día de la Hermandad, no voy a hacer una reflexión ni un apoyo a nadie, pero sí que hay cosas que claman al cielo.
De las 1500 personas que hubo en la manifestación (cien arriba, cien abajo) digamos que unos 500 podrían estar relacionados con la convocatoria que ejercieron las hermandades. Y esto no lo digo por decir, sino con conocimiento de causa porque estuve allí con ellos.
De hecho gran parte de los cofrades allí reunidos, confluían en el perímetro circundante a la concentración (hermandades de todos tipos de carácter, es decir penitenciales, sacramentales y de glorias), mientras que miembros del Consejo, y de las hermandades más implicadas (por autodeterminación) se encontraban en la zona central.
¿Pero quién ha dicho que el tema del aborto sea un problema o un tema a tratar por las hermandades? El lunes leí titulares en prensa donde incluso se decía que las Hermandades habían convocado esta manifestación, cosa totalmente alejada de la realidad.
Los cofrades (que son los que componen las hermandades y cofradías), a su vez son de derecha o izquierda (políticamente), del Betis o del Sevilla (deportivamente), hombres y mujeres (sexualmente hablando) y de multitud de profesiones (laboralmente hablando), con lo que intento indicarles que somos un colectivo más dentro de esta urbe (et orbi).
Los católicos no podemos diferenciarnos o actuar por llamamientos concretos. Somos católicos porque así lo hemos decidido o porque llevan siglos siéndolo nuestra familia. El hecho de ser católico implica una serie de responsabilidades religiosas que cada uno debe de tener más que claras, pero siempre a nivel de persona, no de grupo o colectivo.
¿La iglesia tiene que convocarles a ustedes los domingos para ir a misa? ¿Alguien les ha obligado a ser o a no ser de una Hermandad? Entonces… ¿la poca asistencia de público a una concentración que fue convocada por las asociaciones pro-vida con el apoyo de las hermandades es culpa sólo de los cofrades?
Yo creo que el mayor error ha sido precisamente este, el hacer que una hermandad o hermandades sean el vínculo para apoyar este tipo de actos. Como católicos que supuestamente somos los integrantes de las mismas, deberíamos haber asistido todos, pero no por ser de una hermandad, sino por convicción propia. De hecho los kikos, catecuménicos, grupos laicos, la Iglesia en sí, ¿no estaban a favor de esta concentración? ¿Dónde estaban ese día? ¿y nuestros sacerdotes, diáconos, canónicos, etc…?
Señores de La Razón, el fallo es de todos nosotros, incluidos ustedes, defensores de la España Grande y Libre, pero descompuesta en los nuevos Reinos de Taifas que hoy en día llamamos Iglesia Católica y, sobre todo, de la hipocresía que se vierte desde diarios como este.
Postdata: El llamar "estatuas" a nuestros Titulares, viniendo de este medio, es simplemente mantenernos más unidos y convencidos. No ofende el que quiere, sino el que puede.
No hay comentarios:
Publicar un comentario