Si en el día de ayer dábamos cuenta de lo que se pretende perpetrar en el día de hoy (Destrucción del Altar de Ntra. Sra. de los Dolores y Stmo. Cristo del Voto), aunque esperamos que impere la cordura y se pare a tiempo, hoy comprobaremos como se "restaura" en Burguillos.
Las últimas restauraciones en Burguillos han sido, cuando menos, singulares. Así la de la Inmaculada Concepción fue bastante particular, puesto que a mi entender, se debía haber evitado, y emplear ese dinero en otras cosas.
Pese a ser una imagen de nulo valor artístico y escasísimo devocional, se procedió a su reparación hace unos tres años, ya quien hubo que le señaló al Párroco que era una imagen del siglo XVII o XVIII, y no hay más que verla para entender que es una imagen de Olot, población catalana, famosa entre otros aspectos por su imaginería industrial que inundó las parroquias, ermitas y capillas que perdieron sus enseres primitivos tras los episodios tristes que acaecieron en España con la contienda civil de 1936-39, o cuando algún edificio religioso sufría algún incendio o catástrofe en el que se perdía su patrimonio.
Pues bien desde la Parroquia, y seguro estoy sin el preceptivo y obligatorio visto bueno de la Delegación de Patrimonio del Arzobispado de Sevilla, se entrega la Imagen a un amigo del Párroco, Rafael Díaz Caro, estudiante por entonces en la Escuela de Artes y Oficios, que realiza el trabajo encargado (de cuyo desarrollo podemos hacernos una idea en el siguiente enlace http://diazcaroescultor.iespana.es/restauraciones/inmaculadaysanjose/inmaculadasanjose/album/index.html y en el que se comprueba que la Inmaculada es una imagen industrial y nada que ver con la imaginería artística en madera) con un coste para la Parroquia de unos 3000 € (nunca se publicaron las cuentas de dicho trabajo), cuando si acudimos a una fábrica de Olot, la podríamos encontrar por la mitad de precio (un ejemplo lo podemos encontrar en la fábrica de Olot El Arte Cristiano, en el siguiente enlace): http://www.elartecristiano.com/es/santoral/A449.html
En definitiva, una restauración que la Parroquia se podría haber ahorrado, y se hubiera gastado bastante menos dinero, pero al no existir ni Consejo Pastoral ni Parroquial, no se tiene en cuenta la opinión de nadie, y así nos ha ido.
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