En la tarde de hoy realiza su estación de Penitencia la Asociación Parroquial de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora de la Esperanza de la localidad de Guillena, con sede en la capilla a la que da nombre la advocación de su titular mariana.
Todo comienza con un proyecto evangelizador del por entonces párroco Francisco Arellano; en la plaza existente se celebraban misas, para el barrio que se expandía mas allá del casco antiguo. Sobre un terreno que dona la parroquia, el vecindario levanta una capilla, con sus anexos para seguir evangelizando.
Jamás se pensó que en dicho lugar de culto se fundase una hermandad, pero Dios es sabio y el destino es caprichoso y quisieron que en octubre de 1983 llegase a la nueva capilla del pueblo, una dolorosa.
Tallada en Villanueva del Ariscal por Javier Cuadrado y promovida por Manuel Pérez Cid, esta imagen de mirada baja y hermosa como el día naciente, después de muchas propuestas, decidieron sabiamente advocarla como Ntra. Sra. de la Esperanza.
De seguida las mujeres hicieron suya la imagen, la vistieron, le compraban de todo lo necesario y se desvivían por ella... y pensaron sacarla a la calle.
Para ello buscaron los varales que fueron cedidos por la hermandad de la Vera-Cruz de esta localidad junto con otros enseres, y gracias a eso la bendita imagen pudo procesionar por las calles del pueblo, siendo la primera en fundar una cuadrilla de costaleros en Guillena.
Un devoto de la Virgen, decidió que a esta hermandad le faltaba la imagen de un Cristo, por esto, después de visitar varios talleres se quedó con el de un joven imaginero que ya empezaba a despuntar en el mundo de la escultura religiosa, con su taller propio en la sevillanísima calle Regina donde se contrató la hechura de una imagen de Jesús con la cruz al hombro, es decir, un Nazareno realizado por el escultor Manuel Ramos Corona, siendo una de las primeras obras que realizó a tamaño natural.
Con la magia de 1992 la imagen de Ntro. Padre Jesús Nazareno llegó a la villa de Guillena donde quedó expuesto en el prebisterio de la parroquia de Ntra. Sra. de la Granada. La bendición corrió a cargo del Arcipreste de Itálica José Salguero Roldán.
Posteriormente, el Señor se trasladó a su capilla, siendo presentado a su bendita madre. Ese año, por primera vez procesionaron las dos imágenes en un mismo paso como hasta ahora, representando el pasaje bíblico del encuentro de Jesús con su Madre camino hacia al calvario, estando previsto para más tarde la incorporación de un cirineo.
Todo comienza con un proyecto evangelizador del por entonces párroco Francisco Arellano; en la plaza existente se celebraban misas, para el barrio que se expandía mas allá del casco antiguo. Sobre un terreno que dona la parroquia, el vecindario levanta una capilla, con sus anexos para seguir evangelizando.
Jamás se pensó que en dicho lugar de culto se fundase una hermandad, pero Dios es sabio y el destino es caprichoso y quisieron que en octubre de 1983 llegase a la nueva capilla del pueblo, una dolorosa.
Tallada en Villanueva del Ariscal por Javier Cuadrado y promovida por Manuel Pérez Cid, esta imagen de mirada baja y hermosa como el día naciente, después de muchas propuestas, decidieron sabiamente advocarla como Ntra. Sra. de la Esperanza.
De seguida las mujeres hicieron suya la imagen, la vistieron, le compraban de todo lo necesario y se desvivían por ella... y pensaron sacarla a la calle.
Para ello buscaron los varales que fueron cedidos por la hermandad de la Vera-Cruz de esta localidad junto con otros enseres, y gracias a eso la bendita imagen pudo procesionar por las calles del pueblo, siendo la primera en fundar una cuadrilla de costaleros en Guillena.
Un devoto de la Virgen, decidió que a esta hermandad le faltaba la imagen de un Cristo, por esto, después de visitar varios talleres se quedó con el de un joven imaginero que ya empezaba a despuntar en el mundo de la escultura religiosa, con su taller propio en la sevillanísima calle Regina donde se contrató la hechura de una imagen de Jesús con la cruz al hombro, es decir, un Nazareno realizado por el escultor Manuel Ramos Corona, siendo una de las primeras obras que realizó a tamaño natural.
Con la magia de 1992 la imagen de Ntro. Padre Jesús Nazareno llegó a la villa de Guillena donde quedó expuesto en el prebisterio de la parroquia de Ntra. Sra. de la Granada. La bendición corrió a cargo del Arcipreste de Itálica José Salguero Roldán.
Posteriormente, el Señor se trasladó a su capilla, siendo presentado a su bendita madre. Ese año, por primera vez procesionaron las dos imágenes en un mismo paso como hasta ahora, representando el pasaje bíblico del encuentro de Jesús con su Madre camino hacia al calvario, estando previsto para más tarde la incorporación de un cirineo.
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